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Categoría: Octubre/Noviembre/Diciembre 2016

CLAVE.

CAMIONES REGISTRAN UNA CAÍDA DEL MOVIMIENTO DE CARGAS.

La caída de la actividad, la reducción de los kilómetros de viaje y la tecnología traen cambios en el sector, afirman empresarios.

 El desarrollo de la infraestructura industrial llevó a una disminución del flujo de viajes.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El desarrollo de la infraestructura industrial llevó a una disminución del flujo de viajes.

 

El transporte de carga enfrenta un panorama complejo en el que confluye una caída en la demanda de servicios, la negociación salarial y la presión que generan los costos operativos en este escenario.

Al frente del sector se ubica la Integremial de Transporte Profesional de Carga Terrestre del Uruguay (ITPC). La institución representa a unas 3.500 empresas repartidas entre 23 gremiales de todo el país, comentó a El País su presidente, Fernando Repetto.

En su análisis de la coyuntura, Repetto indicó que en la medida que la infraestructura industrial comenzó a desarrollarse en los últimos años “se redujeron los kilómetros” que hacen los transportistas, lo que provocó una disminución del flujo de viajes y la rentabilidad de las flotas.

“Hoy hay plantas de silos que antes no habían y eso llevó a que se organizara la cosecha y bajaran los kilómetros, porque antes quien cosechaba en Durazno tenía que llevar la producción a Nueva Palmira o a Montevideo; hoy va directamente a Durazno”, graficó Repetto.

El efecto de esta tendencia —que se replica en sectores que emplean el transporte de carga para los envíos de su producción, como el agro, la ganadería y la industria forestal— es un incremento de la cantidad de camiones parados.

Según Repetto, la capacidad ociosa ronda el 40% de la flota de los socios de la ITPC. Paralelamente, se sumó un aumento de la disponibilidad de las unidades. Al realizar viajes más cortos, los camiones vuelven antes y pueden absorber más envíos pero a la vez las empresas tienden a requerir menos personal, aclaró.

Si bien el declive golpea en forma generalizada al sector, el impacto es mayor en las pequeñas empresas (que tienen hasta un par de vehículos con tracción). Ese perfil engloba a 2.700 de las 5.000 compañías que participan en el transporte de carga, según datos de la Dirección Nacional de Transporte (DNT).

La flota nacional está compuesta por 32.700 vehículos (entre camiones, tractores, semirremolques, remolques y otros).  “Para moverse de nuevo el transporte precisa toneladas, carga. Entonces necesitamos que las políticas del Estado acompañen ese crecimiento. Buscamos alternativas para que la situación no saque a las pequeñas empresas de la actividad”, reclamó Repetto.

En este marco, empresas y trabajadores retomaron la negociación salarial luego de una extensión del convenio en enero pasado por un lapso de seis meses para dar el ajuste por IPC. Repetto descartó la posibilidad de afrontar aumentos elevados. “Las empresas no están en condiciones de darlos”, remarcó.

En su análisis del sector, Repetto consideró que en estos años se han realizado obras de infraestructura pero que aún no satisfacen las necesidades del país. Este déficit sumado al deterioro de algunas rutas derivan en un incremento de los costos del 20% para los transportistas.

La coyuntura no es el único tema en la agenda de la gremial en vista del avance de la tecnología en esta área de servicios. Repetto valoró el aporte de las soluciones tecnológicas que permiten tener información sobre la flota en tiempo real lo que permite ganar tiempo, dinero y brindar un mejor servicio. “Hoy el vehículo te dice qué le pasa”, concluyó.-

 

Fuente:  Artículo publicado en el diario "El País" de fecha 6 de octubre de 2016.